Ubisoft ha conseguido superar el listón gráfico logrado por Assassin's Creed con la nueva entrega de la saga, cuya belleza visual y fidelidad en la reproducción de la Roma del siglo XVI son sólo sus atractivos más evidentes.
Assassin's Creed: La hermandad sorprende con la inclusión del modo multijugador, vuelve a la carga con el Renacimiento y utiliza el reclamo de la historia para atraer al ocio interactivo a una audiencia más intelectual.
El juego, que se publica este mes para PlayStation 3 y Xbox 360, plantea una lucha entre templarios controladores, dominados por el papa Alejandro VI, y los assassins, que luchan por la libertad en una Roma sumida en la corrupción y la pobreza.
El arte de este videojuego para adultos es un regalo para los sentidos: la reproducción del Panteón, el Coliseo o el Castillo de Sant'Angelo es exquisita, como también lo son los personajes, los ropajes y las animaciones. No en vano, 50 personas se dedicaron en exclusiva a crear los escenarios del juego.
Assassin's Creed: La hermandad retoma la historia donde la dejó su predecesor. El protagonista llega a Roma con el objetivo de destruir a los templarios, que subyugan a la población y concentran el poder, y para ello tendrá que formar y entrenar a un ejército de colaboradores y ayudar a la ciudad a salir de la oscuridad y la pobreza y entrar de lleno en el Renacimiento.
La posibilidad de recorrer las calles romanas y trepar por acueductos y monumentos históricos no tiene precio.
Por primera vez esta saga incorpora el modo multijugador, sin duda la novedad más llamativa: hasta ocho usuarios pueden enfrentarse en línea en seis modalidades de juego y con la opción de elegir hasta 17 personajes diferentes.
El modo historia para un jugador, aderezada con la presencia de personajes reales de la talla de Da Vinci, Maquiavelo o Copérnico, ofrece 15 horas de aventura.
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